La persona con la que se comunicaba sabía todo sobre él, desde su nombre hasta cómo estaba y donde vivía. “Era como si estuviera hablando con mi prima”, asegura. Además, era su número de WhatsApp, tenía su foto y lo trataba de “primo”, como ella suele hacer, por lo que la historia que le contaron le resultó creíble.
Paginasiete, Septiembre 9, 2020